domingo, 16 de junio de 2019

CARMEN TRONCHONI SORIA fusilada al atardecer







No,no diré que fue asesinada. Las leyes penales de guerra tienen o tenían un rigor que con frecuencia la pena de muerte era castigo frecuente aún sin resultados imputados de hechos contra las personas. Aquí hubo detención,encarcelamiento,juicio por un tribunal competente, condena a muerte y ejecución. Naturalmente que hiere poner delante del piquete de ejecución a una joven de 22 años, pero la legalidad se cumplió.
Pero es precisamente esa legalidad republicana de guerra la que debiera haber dado pie para respetar más su memoria. A Carmen Tronchoni Soria ( Valencia 1915- Barcelona 1938) no la mataron unas patrullas de paralegales incontrolados , Carmen fue legalmente ajusticiada por ser condenada a muerte en Barcelona a principios de 1938 por el tribunal competente para juzgar el espionaje y la traición, y con el cargo de haber intentado obtener documentación falsa para pasar a dos oficiales y un joven falangista a Zona Nacional desde Valencia donde trabajaba como funcionaria de telefonista.
Tampoco diré que por su muerte mereciese ponerse su nombre a una calle en su pueblo de Picasent o en Valencia o  a un colegio en Sabadell. Pero que el AULA DE HISTORIA Y MEMORIA DEMOCRÁTICA DE LA UNIVERSIDAD DE VALENCIA propusiese al Ayuntamiento de Valencia la supresión del nombre de la calle indica la clase de vileza que emana de la mencionada Aula, con más perfil de comisariado político que de órgano reparador.
http://mediauni.uv.es/uvtv/tv_detalle/?Evento_ID=4491
 En una época de hipersensibilidad política y social hacia la mujer maltratada y de solidaridad con cualquier mujer que la dura legalidad no exportable de su país de origen la condena a muerte, nuestros doctos locales más aficionados a rencores que a la Historia no entienden que la condena a muerte de la joven valenciana merezca mantenerla en el recuerdo por la calle que lleva su nombre. Luego solo me cabe además del sectarismo que veo en esa cuadrilla de sabios de pacotilla, entender que para ellos las penas de muerte aplicadas por las autoridades republicanas no tienen pero alguno que reparar o enmendar, solo lo tienen las aplicadas por las autoridades de la Zona Nacional durante o después de la Guerra. Claro Carmen no era de las 13 rosas, pero merece el mismo recuerdo y trato. La equidistancia y reconciliación en cierto modo exigible de las instituciones  no es quitar la calle a la Tronchoni , es , sin quitarsela ponersela a las otras ajusticiadas victimas también de la cruenta  legalidad penal de postguerra, en este caso franquista.
Las trece rosas abunda en el callejero español