Ejercicio
de palabras aleatorias: La palabra
inicial que el sistema me dio al abrir, fue inocente, y al pedir el binomio, salió: descendiente. Con estas dos
palabras e inspirado en el relato de las pajaritas azules-pajaritos azules he creído entretenido
construir una historia de palabras homófonas, con el pretexto de que a
la postre esa narración de pajaritas-pajaritos me parece que tiene esa
vocación homófona.
AL RAYAR
EL ALBA
Parecía
una palabra siempre grata de contenido, adición,
pero hoy ante el crepúsculo matutino y al contemplar los vastos paisajes no pensó en la gratitud que tendría que
mostrar por sumar un ligue y un día más a su vida, hoy la adición de un día más era un día menos.
- - Ves preparando
la infusión con esa hierba, pero
espera bien a que hierva- le dijo el viejo, quien
añadió— …hacía casi cuarenta años que
no vivaqueaba. Cuando yo era joven estaba permitida la acampada libre, ahora
no.
- - Pues no había
pensado que hiciésemos algo prohibido.
- - Y tanto que sí
chica, hoy la transgresión es vivaquear en este claro que hemos ojeado tras coger el atajo; no acostarse con quien no debes. Me
cuesta comprender que hacías sola correteando por estos parajes, yo a tu edad
hubiese tenido miedo. ¡Qué falta de consciencia!
- - Pareces mi
padre
- - Mejor di tu
abuelo
- - A mi solo me
da miedo quedar infectada
- -¿Infectada de qué?
- - De cualquier
cosa
- -Yo nunca he
estado enfermo, y mi único descendiente tampoco
La hora del Angelus no era una referencia para ella y
quizá ya para nadie. Tendría que
invitarla a comer, pero le daba vergüenza que le viesen acompañado de semejante
muestrario de tatuajes; con la excusa de visitar el cementerio se despediría de
ella, seguro que no querría infectarse en un lugar lleno de muertos.
- - ¿Y qué tienes
que ver en ese cementerio del pueblo?
- - Pues no te lo creerás,
pero busco la tumba de un tatarabuelo mío.
- - Pues que te
vaya bien prefiero los vivos ----y de forma casi grosera ella siguió su camino.
Aún
no había llegado el crepúsculo vespertino y no tenía prisa, su tatarabuelo no
le esperaba, pero seguro que no se movería. Otros parece ser que sí. ¿Qué hacía
aquel hatajo de patanes en el
cementerio con una mula que parecía infestada
de pulgas?. Seguro que trajinando con alguna adicción.
Tendría alguien que hacerles botar
del camposanto, pero ¡para qué si aquí ya no muere nadie!.
Viejo
cascarrabias. A lo mejor los adictos con la mula infestada
de pulgas estaban menos rallados que
él, y aún habían ido a votar porque
a pesar de sus bastos modales
no estaban en el crepúsculo de
sus vidas; y es que hojeando
un periódico que había por el suelo había recordado que era 10 de noviembre,
día de elecciones, y volvieron sus problemas de conciencia,
él siempre prefirió ser inocente en vez de ser feliz.
En el tren cerca de la medianoche 10-11 de octubre de
2019.
La palabra homófona más forzada sería RALLADOS, como sinónimo de, RALLAR: Molestar, fastidiar con importunidad y pesadez. La acepción está en desuso.
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