Al hilo de realizar el ejercicio me había planteado alguna
cuestión previa que querría exponer:
No sé si hablando de literatura, no debiéramos
liberarnos de ciertos auto flagelos con respecto a lo que llamamos eurocentrismo. En un ámbito político, económico o social el término
siempre con carga peyorativa creo que se sostiene mejor, pero en cuestión de
creación literaria no le veo tanto pero, y no sé si no sería más confortable
hablar de etnocentrismo.
Que el escritor de literatura de ficción ejerza su
oficio desde su punto de vista y contexto vital, puede ser deseable o tal vez
hasta exigible. El reproche sería pretender anular o invisibilizar la mirada de
los otros, de otras literaturas, o aún sin anularlas, sí ridiculizarlas o
negarles per se el reconocimiento de calidad. Pero ahí también entra en juego
casi con el mismo protagonismo la voz del lector, este puede ser el verdadero
paladín etnocéntrico cuando rechace o deseche el consumo de la literatura que
considere exótica a él por origen del autor, lengua original, ambientación, o
personajes. Y ello me lleva a pensar si puede haber un estadio de confluencia
donde converjan creaciones desprovistas de etnicidad, me refiero a poder
utilizar, no lo sé, el término de literatura universal, refiriendo esta
a la que recoge creaciones con valores universales en el tiempo y en espacio, y
donde el autor o su origen pasa a segundo plano.
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