UN FINAL, DOS RELATOS
....tira el diploma a la basura....
Un mismo final
pero dos motivaciones distintas, una por el mucho esfuerzo para agradar a otros
pero no deseado. La otra por el poco esfuerzo. La una porque le ha costado
mucho, la otra porque no le ha costado nada, y en ambas el diploma, despreciado
hasta acabar en la basura.
El orden de los
relatos no altera el sentido.
AL FIN YO
Narración
en primera persona. Personajes: la autora protagonista que narra la historia, Y
tres personajes más que en el relato no interactúan con la narradora: los
padres y la hermana.
No, nada les reprocho a ellos, no es que
fuese cosa de su generación; mis padres fueron y son buenos padres, pero hasta
hoy late también en ellos esa creencia ridícula que a veces se tiene, de que la guapa
es menos inteligente que la fea. Y ahí con ese condicionante crecimos
nosotras dos. Mi hermana era guapa ya desde muy niña, y yo, fea no es que
fuese, pero guapa tampoco, mi físico era digamos para pasar
desapercibida.
Ya estaba pues todo dicho para ellos,
yo sería a la que le darían estudios universitarios, por ser la mejor
dotada intelectualmente, total porque no lo era físicamente. Mi hermana en
cambio no necesitaba titulaciones para colocarse bien en la vida, belleza y relaciones
sociales convenientes la proporcionarían una buena boda. Era más lista que yo
intelectualmente hablando pero ellos no supieron inculcarle ningún afán de
estudio y eso que podría haber sacado holgadamente cualquier carrera, incluso
las técnicas, pero pronto encontró un buen partido y al día de hoy sigue siendo
feliz.
¿Y yo para que quería la licenciatura de
empresariales si siempre soñé con ser peluquera?
Nunca me atreví a mostrar a mis padres mi
poca aptitud para el estudio, parecería que iba a defraudarles,
y solo yo sé lo que me costó sacar medianamente la carrera. Por lo menos no me
faltó voluntad, y esa misma es la que voy a tener para dedicarme ahora al fin a
lo que realmente quiero.
……………………..
Debo haber sido el único
estudiante que no ha acudido al acto de graduación y recoger su título. Si no lo tengo tampoco
tendré tentación de usarlo; pero sé que acabarán llamándome de la Facultad y
tengo que pensar que les digo. Ya sé: “Paso de diplomas pueden
tirarlo a la basura".
A SUS ORDENES
ALTEZA
Narración en
primera persona. Personajes: la autora protagonista que narra la historia, Y
otros dos personajes , María ,
protagonista del relato anterior, y un profesor innominado y sin referencias que
en el relato no interactúan con la narradora.
¡No sé por qué hostias he estudiado esta
carrera!
Mira que prefería la universidad pública, si no para pasar
más desapercibida si para tener un igual trato o eso es lo que yo creía. Y
aunque mis compañeros se han relacionado conmigo como si nada, no ha sido así
con la mayor parte del profesorado. Debían creer que archiduquesa aunque
de una dinastía apeada de la Historia, podía conservar alguna influencia o
autoridad para poder repartir honores a modo de cruces, condecoraciones, placas
u órdenes de algún tipo; saber que tratas al Rey de tú a tú como pariente
lejano te abre muchas puertas.
¿Por qué siempre sacaba yo altas
calificaciones si me dedicación al estudio era justita? No se trataba de que
tuviese más capacidad, era mi apellido el que conseguía los resultados. Hasta
un día quise hacer la prueba de no presentarme a un examen, Y aun así saqué
aprobado tras recibir un correo electrónico del profesor, que no contesté, y
que tratándome lacayunamente de Alteza Real entendía, que justificaciones sobradas habría tenido yo
para no asistir, pero que en atención a mi trayectoria me daba por aprobada la
asignatura. ¿Qué trayectoria?
En realidad envidiaba a esos
compañeros tan aplicados que parecían necesitaban el título como requisito
profesional y por tanto para vivir. Como María, tan estudiosa, aunque pareciese
tener que dar cuentas de sus resultados continuamente. Ella y otros sí
que se habían ganado la licenciatura.
…………….
¡Qué le pasaría a María para faltar al acto
de la graduación!
Tampoco es que no me merecieses el diploma,
pero el profesorado me lo había regalado. No necesitaba el título ni para vivir ni para
morir, pues mi currículum no iba pasar de ser mi árbol genealógico donde solo
importaba la fecha de mi nacimiento, la muerte,los títulos nobiliarios, el
cónyuge y los descendientes. En consecuencia aunque no me faltaban paredes para
colgarlo el diploma lo tiré a la basura.
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